“En cuanto a Leonardo da Vinci, se sabe que al solicitar, en 1483, un empleo en la corte de Ludovico el Moro, se presentó en primer lugar como técnico. ‘... Conozco procedimientos que permiten destruir cualquier fortaleza... Soy sin duda capaz de medirme con cualquier arquitecto, tanto para construir edificios públicos o privados como para llevar el agua de un lugar a otro (..).‘
“A Leonardo ya no es lícito presentarlo como un hombre aislado. El gran florentino está integrado en un medio y una tradición; fue uno de los artistas—técnicos del Renacimiento (...).
“Como los demás ingenieros del Renacimiento, Leonardo se apasionó por la mecánica y diseñó numerosas máquinas (...).
“Pero no hay que exagerar ni la novedad ni el carácter práctico de estos mecanismos. (...) se le ha atribuido erróneamente la paternidad de la escafandra y del submarino, cuando ya desde la Antigüedad se habían concebido —sobre el papel— aparatos destinados a visitar el fondo del mar. ¿Y qué puede decirse, en fin, de ‘la máquina voladora’; de Leonardo, de la que tanto se ha hablado y de la que ha dejado varios croquis escalonados entre 1483 y 1499? Estudió primeramente el vuelo de los pájaros, intentó después esbozar una teoría del vuelo y trató finalmente de pergeñar su máquina. Verdad es que los músculos y los nervios del hombre, por lo que a volar se refiere, son menos poderosos que los del pájaro. Mas también él posee una fuerza superabundante cuyo exceso puede emplear en elevarse por el aire. (...)
Leonardo colocó a su piloto primero echado y después de pie, con dos pares de alas, copiadas de las de un murciélago, accionadas por las manos y los pies. Luego finalmente, midiendo mejor los límites de la potente musculatura humana, ideó un complicado sistema utilizando la acción de dos muelles en arco que alzasen y abatiesen las alas por medio de poleas. En realidad Leonardo se equivocó, tanto sobre el vuelo de los pájaros, que sólo la fotografía ha permitido estudiar con precisión, como por lo que respecta a la fuerza que el hombre puede aplicar a sus brazos y piernas, la cual no pasa del 20 o 25% de su peso total, mientras que en el pájaro esta proporción es casi del 50 por ciento. Además, ¿cómo iba da Vinci a conocer las diferencias del metabolismo entre el hombre y el pájaro?
“La grandeza de Leonardo como técnico consiste, más que en sus ‘inventos’, en su espíritu curioso y en su método. (...)
“Leonardo posee un método: primero observa, luego reconstruye en experimento la idea fundamental, sin conservar más que los elementos esenciales, y llega por último a una proposición de carácter general. Así, esta necesidad que se siente de racionalizar, de llegar a la teoría y a la abstracción, es lo que le destaca de los demás ingenieros de su tiempo.”
J. Delumeau, La civilización del Renacimiénto, op. cit.
En el texto anterior, el historiador examina el progreso técnico del Renacimiento, y de su análisis surgen las apreciaciones sobre los resultados de las investigaciones de Leonardo da Vinci como técnico e ingeniero. Más allá de los resultados prácticos que sus propuestas tenían, Leonardo se destaca como un modelo del hombre de su tiempo, en razón de su espíritu polifacético (pintor, arquitecto, físico, ingeniero, estudioso de la anatomía humana) y de su inclinación al conocimiento de las distintas ciencias.
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